domingo, 28 de septiembre de 2008

Escribir es hacer

Si la vida son sueños y los sueños vida son, vamos húmedos y heréticos por doquier. En pueblos españoles de estímulos consagrados, por cada glorieta o rotonda nos vemos una cruz. Pero ¡ay, de incautos o de guiris! que en alguna de éstas o en plazas rebuscadas nadie sabría como interpretar coplas, coplillas, couplets o cuplés de curiosa parsimonia. ('Con la copla, me vuelvo loca', decía una). Y allá va la historia;

"El caño de San José
no le levantan leones pero el culo de las mozas le levantan, a rempujones" dice algo popular en tierras herméticas. Así, si escribir es hacer, el que hizo lo bordó y a todos pretendió... engañar. "Es el coño de San José", dice la madre que traviste y transexualiza - sin apuntar maneras herejes-. "El caño es la verga", asumo de estas gentes dichosas en rimas y desdichadas de nalgas.
Pasado el regusto genital, llegado el cenit y, el que observa perineal, aguarda - son tantos- la fe de errores: fecal. Pues eso, que aún a costa de la espera, no es que a las 'seis de la mañana y antes de que el sol alumbre...' se tornen las esperanzas coloradas. Es más cosa de dos - aunque si van encadenados...- y no digo más, mejor callar que en boca cerrada no entran dobladas.